Los lunes en el Ritz
Los lunes en el Ritz es una novela femenina que cuenta con todos los ingredientes del género: el desarrollo personal de una joven extraordinaria, la fraternidad entre mujeres que consiguen lo impensable gracias a su unión y una historia de amor que transcenderá fronteras, conspiraciones y conflictos bélicos.
Madrid, finales de 1929. Martina Romero, una joven con un talento especial para la pintura, acude a su primera fiesta en los salones del elegante hotel Ritz, tras convencer a su padre, el estricto director del establecimiento. Allí conoce a Bosco, un aspirante a actor con el que tiene un vergonzoso desencuentro. Decepcionada por esa primera incursión en la alta sociedad, se concentra en la misión con la que está comprometida: Junto a su madre Eveline y las amigas de ésta forma parte de la Junta de Damas de la Caridad de San Vicente de Paul. El grupo de mujeres organizan rifas, cenas, fiestas, mercadillos benéficos para ayudar al padre Dámaso, un sacerdote peculiar, que lucha por la dignidad de los pobres. Mientras tanto, pese a la engañosa apariencia de lujo y despreocupación que se vive tras las paredes del hotel, el país bulle. El dictador Primo de Rivera dimite, se cambia de régimen: de la monarquía se pasa a la República, y se produce una ola de violencia anticlerical que desata la quema de cientos de iglesias y conventos de todo el país, destruyendo parte del patrimonio artístico. El padre Dámaso rescata de un convento tres cuadros: dos Zurbarán y un Van Dyck que, a partir de ese momento, serán el detonante para que las damas y el sacerdote decidan saltarse un buen número de normas morales y religiosas.
Con esta nueva novela, Nerea Riesco nos vuelve a demostrar que sabe moverse con soltura en cualquier época sobre la que escriba, pero además, la historia que conocemos una vez traspasamos las puertas del hotel Ritz es imposible que te deje indiferente
Una magnífica ambientación que traslada al lector al Madrid de los convulsos años 20 y 30, mostrándonos con detalle tanto los ambientes lujosos de las clases altas, como la miseria de los menos pudientes. Nerea Riesco logra que el lector lo viva todo de primera mano integrando de forma natural en la narración lo que sin duda ha sido una gran labor de documentación y todo ello a través de un estilo elegante y pulcro, con una prosa cuidada y un lenguaje rico y exquisito